El narcisismo es una perturbación de la personalidad que hunde a quien lo padece en una excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras.
La tarea de «asesorar» a una persona que toma decisiones es una de las más críticas y valiosas en cualquier organización. Más crítica y más valiosa cuanto más importantes son las decisiones que adopta la persona asesorada.
Dar consejos o emitir dictámenes son cometidos propios de los asesores. Luego, la persona asesorada puede tomar el consejo de su asesor o ilustrarse con su parecer.
Lo que resulta difícil -salvo para aquellos que están acostumbrados a consultar sus decisiones solo con su almohada- es asesorarse a sí mismo, algo que solo ocurre en el cuento de Blancanieves, y con un espejito de por medio.
Esto es lo que al parecer le gusta hacer al Procurador General de la Provincia de Salta, señor Abel Cornejo, quien según el organigrama oficial de la oficina de la que es titular (que aparece más abajo), no solo ejerce el cargo de máximo nivel sino que también -y para que no quede ninguna duda de su poder e influencia- preside también su propio consejo asesor.
ORGANIGRAMA DE LA PROCURACIÓN GENERAL DE SALTA
Este tan peculiar consejo aparece integrado también por las señoras Gabriela Buabse y Ana Cecilia Carraro y por el señor Omar Dávila.
Conociendo al personaje, seguramente habrá un reglamento para el funcionamiento de este supremo consejo. Y suponiendo que frente a una cuestión equis los convocara a los cuatro a deliberar, ni por la fuerza del número podrían las señoras y señores Buabse, Carraro y Dávila llevarle la contraria a su jefe en cualquier materia.
Es decir, que don Abel Cornejo es algo así como Juan Palomo: «Yo me lo guiso, yo me lo como».
Autor: Dr. Luis Caro Figueroa
Fuente: Iruya.com